1.7. MARCO TEORICO

1.8. REFERENCIA TEORICA


NOVIAZGO


Parece absurdo el querer definir que es noviazgo, pero aun así lo definiremos como:

El periodo de tiempo que transcurre durante dos personas que mantienen una relación amorosa con o sin intención de casarse, aunque si nos vamos a los principios cristianos la ultima parte de esa definición seria: “con la intención de casarse”.
Todo noviazgo esta propenso a problemas, mas aun cuando no esta puesto en las manos de Dios o cuando no es conforme a la voluntad de El, aunque ese seria otro tema el cual tocare en otra ocasión, en este momento quiero citarte algunos de los problemas mas comunes que un noviazgo puede enfrentar, las causas y como evitar caer en ese problema o como solucionarlo.

A continuación les presentamos una definición sobre el noviazgo; es la relación que existe entre dos personas de sexo opuesto por un periodo de tiempo con el propósito de conocerse.
1. ¿Qué son las amistades sentimentales?
Las amistades sentimentales plantean uno de los problemas mayores que enfrentan los Jóvenes de ambos sexos en la actualidad. Con frecuencia experimentan frustración, desanimo y depresión en relación con este importante aspecto de sus vidas. Algunas se sienten culpables debido a su participación en actividades sexuales. Otros sufren depresión porque no tienen a madre con quien establecer una amistad sentimental o porque le agreda alguien que no se interesa en ellos.


2. Las amistades sentimentales y sus etapas

¿En que consiste una amistad especial? Es una amistad especial que surge entre dos personas del sexo opuesto que cultivan relaciones afectivas que pueden conducir al amor, al noviazgo y al matrimonio. Comienza con una clase especial de amistad. El amor y las actividades románticas y vienen después del desarrollo de la amistad. Pero con frecuencia se hacen las cosas al revés ya que primero se convierten en enamorados antes de llegar a ser amigos.
La amistad sentimental comprende cinco etapas:
1. La amistad desinteresada; si la amistad surge de la amistad que se forma entre un hombre y una mujer. Para tener una amistad sentimental de éxito, hay que aprender a tener amistades positivas.
La amistad se intensifica y adquiere una tonalidad sentimental; esta etapa de sentimentalismo incipiente puede adquirirse en tres fases: casual, especial y definitiva. La amistad sentimental casual no contiene una participación emocional especial. En este caso, los adolescentes establecen amistad con alguien del otro sexo.
Pre-Compromiso; este es un concepto relativamente nuevo que se aplica al periodo que transcurre entre la amistad sentimental definitiva y el compromiso oficial que inicia el noviazgo.
Noviazgo formal; en el noviazgo, la pareja se compromete a casarse intercambiando algún símbolo de su compromiso mutuo, también anuncian públicamente su intención de casarse, concluyen su exploración de las personalidades y establecen una fecha para planear la boda.
La quinta y ultima etapa es el matrimonio; el matrimonio es la culminación del noviazgo. Lamentablemente del 40 al 50% de los noviazgos no se concretan en el matrimonio porque rompen prematuramente.

3. El noviazgo desde el punto de vista de los padres
Nadie se preocupa más que tus padres de tu elección final del que será tu cónyuge para toda la vida. En cierto sentido, tus padres participan contigo de tu amistad sentimental. Reviven lo que ellos mismos experimentaron años antes y eso los rejuvenece.
¿Vale la pena continuar con el noviazgo?
Aunque pueda resultar admitirlo, tales conflictos con frecuencia indican las necesidades de un mayor desarrollo de ciertos aspectos de la personalidad. Tal vez ninguno de los integrantes de la pareja está listo para una amistad sentimental más seria.

EL NOVIAZGO TEMPRANO
1. ¿Es recomendable el noviazgo a edades tempranas? Hay personas que alcanzan pronto la madurez, dominio propio y capacidad de sacrificio necesarios para amar y casarse. Pero en general, el noviazgo temprano no es aconsejable:
No conviene que el noviazgo dure muchos años por el peligro de confianzas excesivas.
En edades tempranas suele haber menos dominio propio y es más difícil vencer las tentaciones de impureza que siempre hay en ese trato intenso.
En esas edades se confunde más fácilmente el amor con el placer o el gusto. Si se fomenta esas apetencias, el corazón se hace egoísta y en el futuro le será más difícil la entrega y sacrificio propios del verdadero amor y del auténtico noviazgo.
La naturaleza pasa factura cuando se alteran sus ritmos normales.
Amar a alguien es desear su bien, aún a costa del esfuerzo propio. El amor incluye la capacidad de sacrificarse, y un buen entrenamiento es esperar. Respetarse, quererse, saberse queridos, y saber esperar.
2. En qué sentido la naturaleza pasa factura? Normalmente suele ser en el mismo terreno donde se lesiona lo natural. Ejemplos:
Supongamos alguien todavía inmaduro que busca relaciones propias de personas ya hechas. La factura de la naturaleza suele ser una tardanza mayor en alcanzar la madurez.
Supongamos otra persona que confundiera el amor con los placeres. La factura de la naturaleza es una gran dificultad para amar realmente, y que los placeres cada vez le placen menos.
Igualmente si alguien intenta llenar el corazón a base de satisfacer gustos, se encontrará con un corazón cada vez más vacío y menos satisfecho.
Un último ejemplo es el caso de quien trivializa y juega en las relaciones con personas del otro sexo (hoy con una, mañana con otra). La factura de la naturaleza consiste en una dificultad mayor para conseguir una relación estable. A eso se añaden problemas en la profesión pues cuesta ser responsable a quien no supo serlo en algo tan serio como el noviazgo.

3. ¿Es recomendable la relación frecuente de chicos y chicas a edades tempranas? En general es mejor espaciar ese trato. Es preferible que los chicos se diviertan por un lado y las chicas por otro; el tiempo hará que las coincidencias sean más frecuentes. Algunos motivos para este distanciamiento inicial:
Se madura mejor la personalidad varonil y femenina.
Los planes por separado suelen ser más divertidos.
En esos años de crecimiento el corazón y la mente andan algo revueltos, falta serenidad y es preciso aprender a dominarse. En esas épocas el trato con personas del otro sexo suele ser contraproducente pues revoluciona más cabeza, corazón y sentimientos.
Los enamoramientos iniciales son muy intensos y necesitan de distancia para aprender a amar: si se alimenta demasiado el
amor-sentimiento, acaba ahogando el amor-caridad, pues el corazón se vuelve egoísta

¿QUÉ ES EL NOVIAZGO?


Es un período variable en el cual una pareja, después de la elección mutua, se conoce en aspectos sustanciales de la personalidad de cada uno, para que ambos decidan si la vida matrimonial y el compromiso definitivo que ésta implica es lo conveniente para ellos. Para ambos, la pareja elegida es ese "alguien especial" en quien encuentran cualidades que le atraen y que no ve en otras personas; estas cualidades hacen nacer una simpatía mutua que deriva en afecto y amor.
Por definición, el noviazgo es una etapa transitoria, no es para siempre, como el matrimonio. Durante ese período, si se confirma la elección, también se consolidan las bases para el matrimonio.
El fin u objetivo del noviazgo es saber si los jóvenes se complementarían en un matrimonio, si serían capaces de amarse y respetarse y de estar abiertos a la procreación y educación de sus hijos. La función primordial del noviazgo no es tener un compañero(a) para salir los fines de semana, ni tampoco es un paliativo para resolver los problemas de autoestima.
El conocimiento personal que se busca especialmente durante el noviazgo es el de la comunicación de valores, lo cual se logra dialogando, compartiendo experiencias que puedan enriquecer la relación y le den la consistencia profunda que se requiere para compartir más adelante la intimidad en todos los aspectos, como lo exige el matrimonio.
Muchos novios terminan por conocerse sólo físicamente, pero el mundo interno y personal de cada uno es desconocido para el otro y por ello, al llegar al matrimonio, se dan cuenta que son personas diferentes de la que ambos creían conocer. Han desaprovechado una etapa de la vida que proporciona una oportunidad única para la pareja, de conocerse y aprender a quererse con el amor de donación.
Desde luego, no existen reglas fijas, pero intentar un noviazgo formal sin posibilidades reales de casarse en un término de tiempo razonable, o sin la idea de formalizar la relación, crea expectativas falsas y muchas veces decepciones que generan sentimientos de baja autoestima, pues aunque el noviazgo por sí mismo no es algo definitivo, sí debe preverse un término para él. Si la elección ha sido correcta, el siguiente paso es el matrimonio; si no hay coincidencias suficientes, la ruptura de la relación.
En la práctica, algunos jóvenes creen que el deseo es amor; dicen: "Cómo me ama...", "Se sacrifica tanto por mí...", "Es tan cariñoso(a)...". ¿Cómo un joven o una muchacha pueden saber lo que es el amor si confunden amor con deseo? Para responder a esta pregunta es necesario analizar la personalidad de su pareja, ver que sea tal como el novio o la novia percibe a su compañero(a) y no sólo esté tratando de mantener una imagen que no concuerda con la realidad. "Si es así con todos y no sólo contigo, llevas ventaja", podemos responderle.
Si es una persona respetuosa, servicial, considerada con todas las personas, es más seguro que así sea su forma de ser. ¿Cómo es con su familia, con sus amigos, en el trabajo? En la convivencia las caretas se desgastan, aunque se hayan puesto con buena intención, pues tarde o temprano se descubre el modo de ser verdadero de la pareja, si se pone atención a esos detalles; si no, ¡puede ser demasiado tarde!
La educación se percibe en la forma como cada persona trata a aquellos de los que no espera nada, ni teme, ni necesita; en el trato con su familia íntima, donde no existe compromiso y por ello la conducta es espontánea. Cuando no está condicionado por formalismos sociales en la forma como trata a sus enemigos o a las personas con las cuales no simpatiza. "Obras son amores, y no buenas razones", dice el dicho. El comportamiento con los demás manifiesta los valores personales.
Frecuentemente los novios sólo juzgan la forma como son tratados por su pareja. "Conmigo es diferente", es una frase común para justificar el comportamiento del novio(a). La personalidad y el carácter acabarán por imponerse, cuando la diaria convivencia despoje de formalismos el trato personal. Es importante hacer notar esto a los hijos.
Muchas personas confunden amor con necesidad o costumbre. Este seudoamor se funda en las ventajas que el otro pueda proporcionar y dura mientras duran éstas. Quien se casa con la belleza o con la riqueza exclusivamente, cuando éstas se pierdan, experimentará que también el amor se acaba, pues no fue sustentado sobre bases sólidas.
La afinidad no es sinónimo de amor. El pasarla bien, divertirse y ser amigos, no es amor, es parte del amor, igual que la atracción sexual que es parte importante, pero no es todo. Debe haber afinidad de convivencia para poder compartir una vida común, tener una educación similar y valores comunes, ideales y metas semejantes. Es necesario analizar si los novios son afines en varios aspectos o sólo les gusta estar juntos por algo específico. "Ser muy buen bailarín, simpático en las fiestas o besar muy bien", no es suficiente argumento para comprometerse en una relación de convivencia plena.
La afinidad también debe ser social y cultural. Los jóvenes deben ser conscientes de las dificultades a superar cuando las diferencias en estos aspectos son muy marcadas. La familia política de ambos va a ser su familia. Muchos jóvenes creen que esto no es importante; sin embargo, aún cuando se establezca una sana distancia entre los esposos y sus familias, la relación que también puede significar ayuda en las necesidades, oportunidades de convivencia familiar, alegrías compartidas, será difícil si no se ha considerado durante el noviazgo. Ello sin contar con los casos en que los parientes cercanos no respetan la autonomía del nuevo matrimonio, o padecen graves problemas personales o sociales en los cuales los casados se ven frecuentemente involucrados.
Tratar de razonar con los jóvenes sobre estos temas no es fácil en el período de enamoramiento, por lo cual se requiere haber hablado antes de ello. Durante el noviazgo sólo queda la confrontación con la realidad, al solucionar los problemas que se van presentando, para conocer puntos de vista y actitudes que después serán la constante de la conducta de él o de ella. Son recomendables noviazgos con un tiempo mínimo de uno o dos años, de convivencia sincera para no engañarse y poder conocerse mejor.
"Mi caso es diferente", afirman algunos ante el amor a primera vista. "Yo lo voy a cambiar", dicen ellas. La realidad es distinta y no siempre coincide con nuestras expectativas. Los hábitos son difíciles de cambiara aunque medien promesas o juramentos de que se modificará la conducta. Por supuesto, todos podemos cambiar porque el ser humano tiene la libertad de hacerlo, pero se requiere decisión; nadie cambia por la voluntad de otro y cuando pasa la ilusión o la etapa de conseguir concesiones, la situación vuelva a su estado original. Cuando no hay convicción personal de la necesidad de cambiar, con frecuencia el esfuerzo por lograr el cambio se detiene al sentirse seguro de haber conseguido lo que se pretendía.
Se puede ser sincero al decir que se tiene la intención de cambiar; pero demostrar que realmente se desea cambiar requiere una firme decisión para probar la voluntad. "No me importa", "Es el hombre o la mujer de mi vida", son afirmaciones que pueden representar dolor y desengaño cuando ya no hay remedio.
Para lograr un matrimonio estable es necesario recordar a los jóvenes que se requiere madurez no sólo biológica sino también psicosocial; es decir, que haya la capacidad de comprometerse y la posibilidad de sustentar una familia, con todo lo que ello implica.
El enamoramiento suele idealizar; la experiencia emocional es intensa y el sentimiento, por definición, voluble. El verdadero amor, en cambio, es el que está dispuesto al compromiso, a la aceptación plena de la otra persona, a mirar por el bien del otro, antes que por el propio; todo ello con un deseo de serle fiel en forma exclusiva, definitiva y de encontrar en el otro una correspondencia semejante.
Lo mejor para iniciar el conocimiento de la persona es no apresurar la relación, las cosas se dan si no se presionan. El refrán "A fuerza, ni los zapatos entran", tiene mucho de verdad, porque el "zapato" debe quedar bien a los dos, ya que forzar una relación la condiciona a terminar mal a la larga.
El primer paso en una relación es el desarrollo de la amistad, lo cual implica un conocimiento más real del otro. En la amistad debe haber sinceridad, por tanto, deben mostrarse como son, sin disfraces, buscar el bien de la otra persona, tener comunicación, compartir alegrías y buenos momentos, no utilizar al otro por interés. La amistad es siempre desinteresada.
En la amistad hay una cierta apertura de la intimidad de donde entra el pudor, que es el respeto por las partes vulnerables del amigo, como su autoestima, su confianza al participar sus sentimientos o pensamientos privados. En la amistad existe reciprocidad, pues ambas partes de la relación quieren compartir y ayudar al otro, espontáneamente, porque no hay obligación ni es una relación condicionada.
Muchos noviazgos no funcionan desde el principio porque nacieron de una intención diferente de la amistad, como puede ser la atracción física o la conveniencia. En estos casos se parte de la idea de que "me tiene que hacer caso, porque me conviene, o me gusta", independientemente de qué tipo de conveniencia se trate, y no de un conocimiento desinteresado de la persona, como sucede con la amistad.
Primero se debería ser amigo(a) y si de ahí surge una atracción especial, una amistad especial, podría considerarse la posibilidad de un noviazgo. En la práctica, muchos jóvenes empiezan por el noviazgo, sin haberse conocido en el plano de la amistad desinteresada; son novios a los pocos días de haberse visto por primera vez, sin haber hablado o compartido alguna experiencia positiva, y por eso no han podido partir de una base más sólida, como la amistad. La atracción física y la conveniencia económica o social no son desinteresadas.
El siguiente paso después del desarrollo de la amistad, sería la elección que está unida al sentimiento de admiración, es decir, cuando consideramos que alguien es especial para nosotros, que posee cualidades que apreciamos, valores que no hemos encontrado en otras amistades y cuyos defectos nos parecen soportables. Si no existe admiración y elección previa, hay un error grave en la constitución del noviazgo; de ahí surgen la mayoría de las codependencias. Cuando una persona no elige, sino que sólo espera tener a "quien sea", con tal de estar acompañada, piensa que es la única oportunidad de su vida, o se siente insegura al estar sola. Entonces, el noviazgo no se realiza por admiración ni selección, sino por condicionamientos psicológicos como puede ser el miedo a la soledad, a no poder subsistir económicamente, a ser considerado por los demás como una persona sin pretendientes, etc.
De esa selección se origina un compromiso, porque al elegir se renuncia a lo que no se eligió. Este compromiso es de exclusividad, para poder atender exhaustivamente al conocimiento mutuo, sin otras distracciones. Cuando no existe compromiso, no hay fidelidad, que es un componente del noviazgo. Si no se siente a la persona verdaderamente especial, ni hay amistad; si solamente se tiene el noviazgo mientras se encuentra otro mejor, o se quiere tener "encendidas varias velas", no existe disposición a la fidelidad. Esta es una postura egoísta y pobre, pues no considera la relación de amistad, ni genera confianza, ni piensa en los sentimientos de la otra persona.
Algunos jóvenes creen que no pedir fidelidad es dar libertad a la otra persona, pero ese concepto parte del desconocimiento de lo que significa la verdadera libertad, la cual no puede existir sin responsabilidad, y ese aparente "dar libertad" en el fondo denota inseguridad en la relación y en la calidad de la persona. Se piensa: "Mejor aseguro esta relación, por si no sale otra mejor...".
En el noviazgo se practican muchos valores que van a ser necesarios en el matrimonio, y no puede esperarse hasta la consumación del mismo para empezar a cultivarlos. Para la maduración de una relación amorosa se necesita desarrollar aspectos que van de lo más sencillo a lo más complejo, y que recorren el camino desde la posición egocéntrica (y a veces egoísta) hasta la altruista; del "me gusta o me conviene" hasta el "quiero ayudarte a ser mejor"; de una posición de "yo", al "tú" y al "nosotros".
El logro de niveles superiores nunca indica que haya que perder los inferiores, sino solamente profundizarlos y darles el sentido hacia la unidad de "nosotros".

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